La fotografía engancha. Engancha tanto que a veces no somos capaces de separarla de nuestra vida diaria. Se instala en nuestra rutina, no como una afición, sino como una actividad que debe realizarse todos los días, como lavarse los dientes.
Los aficionados a la fotografía buscan cualquier disculpa para disparar, los profesionales usan sus cámaras para casi todos los aspectos de su vida, no solo para trabajar. Así lo hizo
Jerrit Pruyn, fotógrafo con base en Nueva York, que aprovechó su antigua SLR para proponerle
matrimonio a su novia.
¿Una cámara para pedirle la mano? ¿Cómo lo hizo?, te preguntarás. Pues muy sencillo, valiéndose del
visor. Desde hacía tiempo tenía claro que la propuesta llegaría a través de su trípode y su cámara... Había que incorporar las palabras mágicas "
Marry me" (cásate conmigo, en inglés) Así que en un
protector de pantalla de plástico, de esos que se usan en los smartphones, escribió la petición y la pegó en el prisma de su Nikkormat SLR.
Después solo faltaba buscar el lugar ideal para
pedirle la mano. Un fin de semana en un
viñedo se presentaba como el marco ideal así que después de unas cuantas actividades de ocio, Pruyn decidió pasar a la acción.
Colocó el
trípode de su cámara entre las vides. Posteriormente le pidió a su novia que enfocara y mientras ella se acercaba al objetivo, él se situó en el marco de la foto y se
arrodilló. Como en una película muda su novia leyó "el
subtítulo" y observó la acción: sí, le estaba haciendo "la preguntita de marras".
¿Te ha gustado la idea? ¿Te apetece copiarla? Entonces visita la
web de Jerrit Pruynpara ver como "tuneó" su cámara. Hay que actuar con cuidado porque se podría estropear y sería una pena...