26/07/2012

La democratización de la imagen

EN > retrato

 Hace no tantos años, la fotografía implicaba unos valores muy diferentes a los que podemos entender ahora. Unos valores añadidos a la imagen que se han ido perdiendo debido a la democratización de la imagen y que se han visto modificados aunque aún su recuerdo quede anclado para nosotros con algunos formatos.

 

Repartiendo la "gaseosa" con carro y caballo

En los inicios de la fotografía y hasta la expansión de las cámaras compactas analógicas, incluso podría decirse que hasta la expansión de las cámaras digitales compactas, las personas no estábamos acostumbradas a tener varías fotografías de nosotros mismos ni de nuestras familias.

 Si miramos las fotos de nuestra infancia o de nuestros antepasados, observamos que, en ocasiones solo poseemos una fotografía de toda nuestra familia. Esto es debido a que, hace años, el costo de producción de las imágenes era mucho mayor: los líquidos de revelado y las pesadas cámaras hacían de la fotografía poco más que un lujo.

Excursión al castillo. Qué tiempos aquellos

 Esto convertía a la imagen en algo único y dotado de gran valor sentimental debido a su unicidad: al tener solo una copia de ello y en un formato tan débil como puede ser un papel nos esforzamos por conservarla: la colocamos en marcos de plata, o en álbum de fotos. Ese trozo de papel es lo único que nos conecta con nuestro pasado y con lo que fuimos.

 Este valor añadido a la imagen, que asociamos con el formato analógico se mantiene incluso ahora, cuando hablamos de que el formato analógico tiene ?ese aura especial? y nos hace ver estas imágenes mucho más interesantes que las realizadas con una cámara digital, ya que apelamos a nuestro lado más sentimental, aquel que sabe lo que representa tener una sola fotografía como recuerdo.

 

Las famosas "calabazas" de los malos estudiantes

Y es que la fotografía a nivel utilitario tenía básicamente esa finalidad: la del recuerdo, la de conservar lo que fuimos. Muchas personas se retrataban incluso con otras fotografías, hecho realmente relevante: no solo querían perpetuarse solos, sino querían hacerlo con ese frágil recuerdo para que no se perdiera.

 Con la llegada de las cámaras compactas, pero sobretodo y a un nivel más masivo, de las cámaras digitales, esto se ha ido perdiendo: ya no poseemos solo una imagen, poseemos cientos incluso miles de una misma cosa. Esta saturación hace que perdamos el valor sentimental asociado a la fotografía para que se convierta en una especie de imagen basura: que se consume rápido y no se le otorga valor.

 Pero están apareciendo nuevas formas de entender la fotografía digital, algunos fotógrafos contemporáneos están utilizando este conocimiento para su trabajo, consiguiendo sorprendentes resultados. Si sabemos que la imagen digital conlleva otro tipo de emociones, no debemos despreciarlas pese a su falta de emotividad: podemos aprovecharnos de ellas para mejorar nuestro trabajo.

Uso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar la experiencia de navegación y ofrecer contenidos y publicidad de interés. Al continuar con la navegación entendemos que se acepta nuestrapolítica de cookies. Aceptar