Reconoce que se necesita mucha paciencia para conseguir las fotos del bebé sonriendo. "A veces unas cosquillas en los labios y la nariz pueden funcionar pero a menudo es paciencia y suerte!", asegura. Al mismo tiempo indica que la mejor parte de su trabajo es ser parte de la historia de una familia. "Es una sensación increíble. Para muchas familias estoy fotografiando a su primer hijo, a menudo me convierto en su primer viaje tras regresar a casa del hospital, es un honor capturar ese momento tan especial", declara.
Estas fotos acaban ocupando un lugar privilegiado en los álbumes familiares y también en muchas ocasiones acaban colgadas en las paredes de la casa. No en vano, son momentos únicos porque en estos primeros días los bebés cambian muy rápido y los padres quieren recordar la primera imagen, quieren tener imágenes de sus diminutos pies y de su casi inexistente cabello. Sin duda son unas imágenes geniales, que además transmiten muy buen rollo.
Si te ha gustado su trabajo, te dejamos aquí el enlace a la web de Sandi Ford, para que puedas echarle un vistazo y seguir riéndote al ver esas carits de felicidad.
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