Hoy nos vamos a disfrazar de exploradores, preparados para explorar la selva subtropical. Pero tranquil@s, no nos hemos de ir muy lejos. La selva la tenemos en nuestra propia ciudad, en nuestro propio pueblo. No hay que sacarse por tanto pasaporte ni hay que vacunarse de nada.
Las fotos que acompañan este post están tomadas en las proximidades de una gran ciudad, en un entorno completamente urbano.
Se trata simplemente de un huerto de mandarinos, abandonas a su suerte. Las semillas de las plantas invasoras, auténticos árboles, seguramente han venido trasportadas por los pájaros, y por el viento. Como nosotros no somos expertos en plantas, nos hemos limitado a
fotografiar la
naturaleza tal cual la hemos encontrado, y sorprendentemente se parece tanto al concepto que tenemos de selva, que no hemos dudado en titular este post como selva urbana.
¿Cómo hemos encontrado esta maravilla de la naturaleza? ¿Cómo se desarrollaría la naturaleza en ausencia humana? Muchas veces tenemos la respuesta a preguntas que quizás ni siquiera estén formuladas, delante de nuestras narices.
Para que no nos sorprenda la ocasión sin estar preparados, llevamos siempre preparada nuestra
cámara, aunque confesamos nuestra falta de no estar preparados con el indispensable
trípode, así que para hacer estas
fotos, hemos esperado a tener una
iluminación óptima de
luz solar, y a pesar de ello en el interior de la ?selva? hemos encontrado a faltar un poco la
iluminación adecuada. Primero hemos tirado algunas fotos con
preferencia a apertura de
diafragma, con resultados mediocres, debido al alargamiento del tiempo de
exposición, lo que nos ha ocasionado unas
fotos movidas, a pesar de las precauciones.
Después hemos disparado unas cuantas fotos con
preferencia a la velocidad, concretamente 1/125, y hemos dejado que la
cámara elija automáticamente el
diafragma. El
objetivo usado en esta ocasión, un 28-55 mm, usado en modo
angular (28 mm), para asegurarnos una buena
profundidad de campo (parte de la imagen que sale enfocada).
Ahora que ya hemos vuelto a la civilización, recordaremos siempre estos breves momentos tan alejados de nuestra cotidianidad envuelta en el trasiego diario.
Esperamos que encontréis vuestra propia ?selva?, eso sí, sin salir de la ciudad.
Hasta pronto.