En fotografía, medir la luz correctamente se convierte en todo un reto, y más cuando estamos dando nuestros primeros pasos en fotografía. Medir la luz tiene que ver con saber utilizar correctamente el fotómetro, ese desconocido de nuestras cámaras que nos dice como tenemos que exponer las imágenes. Vamos a daros unos trucos para su correcta utilización.
El fotómetro es propio sobre todo de las cámaras réflex y modelos superiores, aunque hay algunas cámaras compactas que lo incluyen. Es el encargado de indicarnos con que diafragma y a que velocidad debemos disparar
nuestras imágenes para conseguir una exposición adecuada. En algunas cámaras el fotómetro se encuentra en el interior del visor y es difícil de localizar. Puede estar en la parte inferior del visor o en un lateral. Puede indicarnos los números exactos de diafragma y velocidad que debemos usar, o simplemente estar representado por una barra, la cuál varía dependiendo de la exposición y que en teoría debemos equilibrar cambiando la velocidad y el diafragma hasta que la barra se encuentre en el punto 0 cero.
Pero ¿qué es una exposición adecuada? Muchas veces hacemos caso de las indicaciones del fotómetro y obtenemos imágenes subexpuestas (más oscuras de lo que deberían) o sobreexpuestas (con mucha más luz y zonas quemadas). ¿Por qué ocurre esto? ¿Cómo podemos hacer que el fotómetro nos indique exactamente la medición adecuada para lo que queremos transmitir? Lo primero que hay que saber es que el fotómetro hace una medición general de la luz, esto puede funcionar cuando la luz es uniforme, por ejemplo, en un día nublado o cuando realizamos una fotografía en una zona con sombra. Pero puede ser un desastre cuando trabajamos en zonas lumínicas de alto contraste, zonas donde hay luz pero también sombra. Estas zonas de alto contraste suelen ser las más difíciles de fotografiar ¿por qué? Porqué la cámara es incapaz de hacer una medición correcta, ya que la luz no es uniforme, lo que deriva en fotografías oscuras o quemadas. A la hora de medir la luz debes tener en cuenta que tipo de imagen quieres conseguir. Si quieres que la luz sea uniforme, que haya información en las sombras y que haya información en la zona iluminada, lo ideal es medir en un punto central donde ambas se junten. Pero si esto no es posible mide en la zona con sombra y prueba a subexponer un poquito. ¡Quedará fantástico!
Si quiere arriesgarte y conseguir un efecto dramático nada mejor que medir en las zonas iluminadas. Las fotografías resultantes serán impactantes por su contraste. Además es un buen ejercicio para alimentar tu creatividad: el uso de las sombras como una parte oscura sin información invita a utilizarlas de un modo diferente. Sea como sea exponer es cuestión de práctica, así que solo te queda coger la cámara y salir a probar y a crear.
